Satisfacer las exigencias del cliente con la oferta de soluciones fiables: este es uno de los principios que llevó a Microline a adoptar una política interna personalizada para garantizar calidad en todas las fases del proceso de producción –desde el proyecto hasta el producto acabado. En enero de 2006, la empresa concibió su propia “Política de calidad” con el objetivo de ofrecer al cliente un producto que responda plenamente a sus necesidades, tratando de optimizar los recursos internos pero sin renunciar a la inversión en tecnología, desde una perspectiva de desarrollo y perfeccionamiento continuos. Se trata de verdaderas directrices a seguir cada vez que se presenta la oportunidad de desarrollar un nuevo proyecto, para que no se pierda de vista la prioridad de responder a las expectativas del cliente y se identifiquen los puntos críticos desde el principio, proponiendo así la mejor solución posible. A todo esto se añade la actualización constante de los equipos e instrumentos, así como la formación continua de todos los colaboradores de la empresa. Por último, cabe señalar la gran atención a las normas del sector: tanto las actividades como la gama de máquinas de Microline son coherentes y conformes con las directivas europeas y las leyes nacionales, a demostración de la máxima dedicación y transparencia de la empresa.